El pensamiento
crítico es un proceso que se propone analizar, entender o evaluar la manera
en la que se organizan los conocimientos que pretenden interpretar y
representar el mundo, en particular las opiniones o afirmaciones que en la vida
cotidiana suelen aceptarse como verdaderas.
Se
define, desde un punto de vista práctico, como un proceso
mediante el cual se usa el conocimiento y la inteligencia
para llegar de forma efectiva, a la postura más razonable y
justificada sobre un tema.
El
desarrollo del pensamiento crítico, estrechamente ligado a la expansión de
conocimiento, requiere de los siguientes tres factores:
_ Tendencia
a los pensamientos críticos.
_ Acceso a
contenidos críticos.
_ Entornos
para practicar el conocimiento crítico (en sus dos tipos, conocimiento en sí y
conocimiento como instrumento para contribuir a la mejora de la vida).[1]
Ser capaz
de utilizar un pensamiento crítico significa que no se acepte la opinión de la
sociedad, teniendo así ideas
individuales, se conocen los argumentos a favor y en contra y se toma una
decisión propia respecto a lo que se considere verdadero o falso, aceptable o
inaceptable, deseable o indeseable.
Este
pensamiento también es un pensamiento objetivo, personal, basado en el
compromiso de las propias ideas según su entorno como creencias individuales.
Lo crítico enfrenta y evalúa los prejuicios sociales constantemente.
Tener un
pensamiento crítico no significa llevar la contraria a todo el mundo o no estar
de acuerdo con nadie, pues eso tampoco sería un pensamiento crítico, sino sólo
un modo simple de pensar que se limita a contrariar lo que piensen los demás.
Por lo tanto un pensador crítico es capaz, humilde, tenaz, precavido, exigente.
Además de tener una postura libre y abierta, por ello un pensador crítico
comienza a destacarse en su medio y a ser reconocido por sus aportaciones, pero
todo se conforma a lo largo del tiempo con una debida experiencia.
El
pensamiento crítico es una habilidad que todo ser humano debe desarrollar ya
que tiene cualidades muy específicas y que nos ayudan a resolver problemas de
una mejor manera, nos hace más analíticos, nos ayuda a saber clasificar la
información en viable y no viable, nos hace más curiosos, querer saber e
investigar más acerca de temas de interés. Cuando se desarrollan este tipo de
habilidades, también se desarrollan muchas otras capacidades del cerebro como
la creatividad, la intuición, la razón y la lógica, entre otras. Pensar
críticamente implica dominar dichos estándares.
De
acuerdo a esto, la meta final de todo pensamiento crítico es que éste pueda ser
lo suficientemente sólido como para sostenerse por sí mismo en cualquier
contexto, siempre y cuando mantenga su relación con el fenómeno implicado.
1
Etimología
La
palabra viene del verbo latino “pensare”, que ejerce como sinónimo de “pensar”,
y el verbo griego “krinein”, que puede traducirse como “decidir” o “separar”,
son los dos vocablos que muestran el origen etimológico.
2
Objetividad y subjetividad
Con
frecuencia ser regularmente objetivo es visto como una actitud
fría, sobre todo para quien prefiere guiarse a través de procesos emocionales
del tipo: “Tened fe y dejad que vuestros sentimientos os guíen a la verdad” o
“No dejes que los hechos o detalles interrumpan el camino hacia una historia
interesante”. La subjetividad unida a los argumentos emocionales se
presenta como manipulación, pues apela a las necesidades
primarias de las personas (véase pirámide de Maslow).
Por
tanto, cuando se busca la verdad es necesario evitar las falacias
o los vicios de razonamiento. Es muy importante no caer en el pensamiento
desiderativo, que es el opuesto al pensamiento crítico, ya que carece de
solidez racional y se basa en gustos, deseos, ilusiones o suposiciones
injustificadas
que carecen de evidencia o datos comprobables.
La verdad
obtenida a través del razonamiento crítico es sólida en comparación con la mentira
feliz que se fabrica a través del pensamiento mágico. 1
3
Estándares intelectuales universales
El Dr.
Richard Paul y la Dra. Linda Elder, de la Fundación para el Pensamiento Crítico
(http://www.
criticalthinking.org),
señalan los siete Estándares Intelectuales Universales que deben aplicarse al
pensamiento cada vez que se quiera evaluar la calidad del razonamiento sobre un
problema, un tema o una situación; pensar críticamente implica dominar estos
estándares.
_ Claridad: Modo en
que se expresa la propuesta.
_ Exactitud: Grado
en que la estructura empleada tiene coherencia con el material a emprender.
_ Precisión: La
construcción o propuesta debe ser ajustada a los conocimientos.
_ Pertenencia
o relevancia: Entorno en el que se trata el tema.
_ Profundidad: Cuando
el nivel de análisis, investigación y explicación se encuentra lo
Suficientemente cuidado.
_ Amplitud:
Extensión del planteamiento.
_ Lógica: Argumentación
acorde a las normas.
La inteligencia
y el conocimiento no implican que se deba tener un razonamiento
o pensamiento crítico. Incluso alguien muy inteligente podría tener creencias
irracionales u opiniones disparatadas. La teoría acerca del pensamiento crítico
trata sobre cómo se debería usar la inteligencia y el conocimiento para
alcanzar puntos de vista más racionales y objetivos con los datos que se
poseen.
Opiniones
y creencias basadas en un razonamiento crítico pueden estar mejor establecidas,
si se comparan con otras formuladas a través de procesos menos racionales.
Al mismo
tiempo, los buenos pensadores críticos suelen estar mejor equipados para tomar
decisiones y resolver problemas, en comparación con quienes carecen de esta
habilidad aprendida.
El
razonamiento crítico también es más que pensar lógicamente o analíticamente.
También se trata de pensar de forma más racional y objetiva. Lógica y análisis
son esencialmente conceptos filosóficos y matemáticos,
respectivamente, mientras que pensamiento racional y pensamiento
objetivo son conceptos más amplios que incluyen los campos de la psicología
y la sociología, donde tratan de explicarse los complejos efectos de los demás
sobre los procesos mentales del individuo.
En
teoría, para poder ser un buen pensador crítico se deberían seguir y
desarrollar los siguientes pasos:
_ Adoptar
la actitud de un pensador crítico.
_ Reconocer
y evitar las barreras o variaciones principales (véase la lista
de prejuicios cognitivos y
Sesgo cognitivo).
_ Identificar
y caracterizar argumentos.
_ Evaluar
las fuentes de información (véase Argumentum ad verecundiam).
_ Evaluar
los argumentos.
3.1
Habilidades cognitivas del pensamiento crítico
_ Interpretación: Se debe
comprender y expresar, destacando lo más importante como, datos, juicios, eventos,
expresiones, etc.
_ Análisis: Se
refiere a reconocer las intenciones reales o ficticias de conceptos, ideas,
descripciones.
También
se debe reconocer las ideas subliminales o propósitos ocultos de algún texto,
argumento, noticia, etc.
_ Razonamiento
lógico-crítico: La mayor parte de las actividades cotidianas ordinarias son
efectuadas sin reflexiones. El pensamiento reflexivo consiste esencialmente en
el intento de resolver un problema.
En el
pensamiento reflexivo nuestras ideas están dirigidas hacia un objetivo; la
solución del problema
que nos
puso a pensar. El pensar es un proceso mental en el que pasamos de un
pensamiento a otro.
Un
pensamiento es un elemento que requiere frase completa para su expresión plena.
Cuando un pensamiento está conectado de forma consciente con otro con el fin de
crear la conclusión hacia la cual está dirigida, se habla de Razonamiento. Razonar
es cuando se conectan diversas informaciones y se extraen conclusiones.
1. Si
alguien tiene una conclusión que está amenazada por algún inconveniente, hecho
que es incapaz de ser explicado, es mejor que abandone su conclusión y
encontrar otra que sea capaz de explicar el nuevo hecho, esta podría ser la
manera correcta de proceder.
2. El
Razonamiento lógico-crítico también consiste en clasificar cada caso particular
de algo dado como un ejemplo de uno de dos extremos cuando en realidad existe
una amplia gama de probabilidades intermedias.
3.
Frecuentemente los argumentos están hechos para despertar emociones en el
lector o en el que escucha, así se trata de convencerlo en lugar de hacerlo con
conclusiones basadas en buenas razones.
3.1
Habilidades cognitivas del pensamiento crítico 3
_ Evaluación:
Se valora la credibilidad del autor, orador, o medio de comunicación y se
comparan fortalezas y debilidades de las fuentes, armándose de evidencias para
determinar el grado de credibilidad que posee.
_ Inferencias:
Es identificar los puntos importantes, destacarlos, evaluarlos, desmenuzarlos y
a partir de eso, llegar a conclusiones razonables.
_ Explicación:
Esta habilidad hará la información clara, concisa, reflexiva y coherente. Es la
forma en que el razonamiento se presenta como argumento.
Metacognición
: También llamada auto regulación. Es la habilidad del conocimiento que permite
que los buenos pensadores críticos se examinen y se hagan una autocorrección.
Los
componentes del pensamiento crítico son:
1.
Pensamiento Razonable: Es un buen pensamiento si se basa en buenas razones. La
mejor conclusión está basada por la mejor razón.
2.
Pensamiento enfocado: Ya que es necesario poseer un propósito y no ocurrir
accidentalmente.
3.
Decisión acerca de lo que creemos o hacemos: Evalúa sentencias que creemos y
acciones que hacemos.
Todo
pensamiento de este tipo:
_ Tiene un
propósito.
_ Nace del
intento de solucionar un problema, resolver una pregunta o explicar algo.
_ Está
fundamentado en supuestos.
_ Se
respalda con datos, información y evidencia.
_ Se
expresa mediante conceptos e ideas.
_ Da como
resultado conclusiones a partir de inferencias e interpretaciones, las cuales
llevan a darle significado a los datos o información previamente recibida.
Tiene
implicaciones y consecuencias.
El
pensamiento crítico no consiste en pensar de forma negativa o con
predisposición a encontrar fallos o defectos.
Es un
proceso o procedimiento neutro y sin sesgo para evaluar opiniones y afirmaciones tanto propias como de otras
personas.
1. El
pensamiento crítico no es un intento por hacer que las personas piensen de la
misma manera, ya que, si bien varios individuos pueden aplicar el mismo procedimiento,
las prioridades, principios y lista de valores que, como se observa en la
figura 1, afectan al razonamiento son diferentes para cada persona.
Es decir,
muchos podrían contar información o experiencias nuevas que otros no cuentan,
para que,
con el
mismo principio, se lleguen a conclusiones totalmente diferentes.
Adicionalmente, siempre habrá diferencias en la percepción y las necesidades
emocionales básicas que harán definitivamente imposible que todos piensen de la
misma forma, a pesar de la ponderación objetiva que haga el razonamiento crítico,
pues ésta sigue tratándose de información extra.
2. El
pensamiento crítico no trata de cambiar la propia personalidad; incrementa la
objetividad consciente, pero se siguen sintiendo los prejuicios habituales.
3. El
pensamiento crítico no es una creencia. El pensamiento crítico puede evaluar la
validez de las creencias, pero no es una creencia en sí, es un procedimiento.
4. El
pensamiento crítico no reemplaza ni minimiza los sentimientos o emociones. Sin
embargo, algunas decisiones emocionales que son también decisiones críticas,
tales como decidir casarse o tener hijos, pueden considerarse desde múltiples
puntos de vista.
5. El
pensamiento crítico no favorece ni representa específicamente a las actividades
científicas. Sus argumentos pueden usarse para favorecer opiniones contrarias a
las comúnmente aceptadas en el marco científico.
6. Los
argumentos basados en el pensamiento crítico no son necesariamente siempre los
más persuasivos.
Con gran
frecuencia los argumentos más persuasivos son los destinados a recurrir a las
emociones más básicas como el miedo, el placer y la necesidad, más que
a los hechos objetivos. Por esta razón, es común encontrar en los argumentos
más persuasivos de muchos políticos, telepredicadores o vendedores una intencionada
falta de objetividad y de razonamiento crítico. Véase la lista
de prejuicios cognitivos.
El primer
paso para llegar a ser un hábil y diestro pensador crítico es desarrollar una
actitud que permita la entrada de más información y permita detenerse a pensar.
Estas
actitudes señalan las siguientes características:
Las
primeras dos características pueden parecer contradictorias, pero no lo son. La
persona que desee aprender a pensar críticamente debe desear investigar puntos
de vista diferentes por su propia iniciativa, pero al mismo tiempo reconocer
cuándo dudar de los méritos de sus propias investigaciones. No debería ser ni dogmática
ni doctrinal ni ortodoxa ni ingenua ni crédula. Se
trata de examinar el mayor número de ideas y puntos de vista diferentes; darle
la oportunidad de ser escuchadas hasta el fondo y luego razonar cuáles son los
puntos buenos y malos de cada uno de los lados. Aceptar el hecho de que es
posible equivocarse; una vez los argumentos estén sobre la mesa
y
mantener el objetivo final de conseguir la verdad o lo más cercano a ésta que
permita la información que quedó atrás o que se permita.
Demasiado
escepticismo o demasiado pseudoescepticismo conducirá
a la paranoia y a ideas de conspiración; nos llevará a dudar de todo y al final
no conseguir nada, mientras que creer todo sin un
juicio o
mediante el prejuicio o sesgo cognitivo básico del cerebro generará volubilidad.
Tener humildad
intelectual significa poder ser capaz de dar una oportunidad a las
opiniones y nuevas evidencias o argumentos incluso si dichas pruebas o
indagaciones llevan a descubrir defectos en las propias creencias (véase el método
socrático).
El pensador
crítico debe poder ser independiente y ser un libre pensador.
Es decir, no depender o tener miedo a indagar sobre algo que pueda perjudicarlo
en demasía. Las presiones sociales a la estandarización y al conformismo
pueden llegar a hacer caer en la comodidad o en el propio deseo de
creer o pertenencia al grupo. Esto puede ser muy difícil o casi imposible para
algunos. Es necesario preguntarse si el miedo a represalias o simplemente al
qué dirán motiva las propias opiniones o creencias y, si es así, tener la
fuerza para al menos temporalmente acallarlas hasta que se tenga la libertad de
realizar una objetiva y detallada evaluación de la misma.
Finalmente,
se debe tener una natural curiosidad y motivación para
avanzar en el propio conocimiento sobre una materia. La única forma de evitar
tener un conocimiento básico sobre algo es estudiarlo hasta alcanzar el suficiente
nivel de entendimiento necesario antes de realizar cualquier juicio.
Cada día
el individuo se ve expuesto a variables que bloquean su habilidad para pensar
con claridad, precisión y equidad. Algunas de estas barreras surgen de las
limitaciones humanas naturales e inintencionadas, mientras otras están
claramente calculadas y manipuladas. Algunas son obvias, pero la mayor parte de
ellas son sutiles y capciosas. Sin embargo, después de estar armado con la actitud
apropiada del primer paso, el pensador crítico tiene ahora que entender cómo
reconocer y evitar (al menos mitigar) la máscara de engaño o embaucamiento que
se tiene en la vida diaria. Estas barreras pueden clasificarse en cuatro
categorías, que se presentarán en cuatro cuadros diferentes al final del
artículo. Éstas y algunas otras más pueden ampliarse en la lista
de prejuicios cognitivos:
_ Tabla 1:
Limitaciones humanas básicas
_ Tabla 2: Uso del
lenguaje
_ Tabla 3: Falta
de lógica y percepción
_ Tabla 4: Trampas
y escollos psicológicos y sociales
Cada uno
de los cuadros muestra:
1. una
lista de las barreras u obstáculos al entendimiento
aplicables
a la categoría
2. una
concisa definición del obstáculo
3. un
ejemplo ilustrativo
4.
sugerencias para evitar o superar los obstáculos al entendimiento
El cuadro
1, de limitaciones humanas básicas, se aplica a cada uno, incluidos los más
hábiles pensadores críticos.
Esas
limitaciones recuerdan que no se es perfecto y que el entendimiento que se
tiene de los hechos, percepciones, memoria, sesgos imposibilita el
entendimiento del mundo con total objetividad y claridad. Lo más recomendable
es adquirir un adecuado y suficiente conocimiento del tema.
El uso
del lenguaje (cuadro 2) es muy importante para el pensamiento crítico. La
correcta elección de las palabras puede llevar a la verdad, o a la verdad a
medias, al desconcierto, a la confusión o al propio engaño. Esto incluye a
carteles publicitarios que garantizan la pérdida de peso hasta políticos que
aseguran la prosperidad para todos.
Un
pensador crítico debe aprender a reconocer cuándo las palabras no están
encaminadas a comunicar ideas o sentimientos sino, más bien, a controlar los
pensamientos, los sentimientos, las intenciones, las elecciones y, a fin de
cuentas, todo el comportamiento.
En el
centro de todo pensador crítico reside la habilidad de reconocer, construir y
evaluar argumentos. La palabra argumento puede ser
desorientadora para algunos. No significa polemizar, reñir o discrepar, incluso
aunque la palabra sea usada con frecuencia informalmente en ese contexto.
En el
contexto del pensador crítico, un argumento significa presentar una razón que
soporte, respalde o apoye una conclusión, es decir:
Argumento
= Razón + Conclusión
Ejemplo
de un argumento:
Debe
haber una o más razones y una o más conclusiones en cada argumento. Dependiendo
del uso y el contexto, decir razón es sinónimo de decir: premisa, evidencia,
datos, proposiciones, pruebas y verificaciones. Y, también según su uso y el
contexto, decir conclusiones es también decir acciones, veredictos,
afirmaciones, sentencias y opiniones.
Un
pensador crítico debe aprender a tomar y rescatar los argumentos de la
comunicación verbal o escrita. Algunas veces los argumentos llevarán
indicadores como ya que, porque, debido a, por, por
esta razón, como es indicado por, para separar la conclusión de las
razones. En otros casos, los argumentos tendrán indicadores como por
consiguiente, por eso, de esta forma, así, por
tanto para separar la razón de las conclusiones. En otros no habrá
indicador y el contexto indicará si la frase lleva la intención de razón o
conclusión o ninguna de ellas.
En
general, hay 3 tipos de indicadores:
Ejemplo
del uso de indicadores.
1. Indicadores
de posición o conclusión: Son los indicadores que señalan cuál es la
posición, postura o idea principal a defender o argumentar. Algunos de estos
indicadores son: por consiguiente, así, de esta forma, consecuentemente,
con esto se muestra, esto implica. Por ejemplo, Sólo entraron
parejas de personas; por consiguiente, adentro debe haber un número par de
personas.
2. Indicadores
de razón: Son los indicadores que señalan cuál es la razón o justificación
que apoya la posición u otras razones anteriores. Porque, puesto que,
dado que, a causa de, como se puede ver de, debido a,
ya que.
3. Indicadores
de objeción: Son los indicadores que señalan una oposición o pensamiento en
contra de una posición, una razón o una anterior objeción en caso de oponerse a
una anterior objeción de denomina refutación o impugnación. Pero, aunque
o sin embargo son de este tipo.
Se puede
ver un ejemplo más elaborado, véase también la figura:
_ Roberto
era el oficial de seguridad que estaba en servicio cuando robaron los
diamantes. Muchas personas consideran que es digno de confianza porque ha trabajado
en el puesto durante más de diez años sin problemas. Sin embargo, es posible
que se haya sentido tentado a robar los diamantes, ya que últimamente ha estado
teniendo dificultades porque todas las noches juega al póker online. María dice
que Roberto no lo hizo, pero es su mejor amiga. La caja fuerte no estaba
forzada; por consiguiente, quien realizó el robo tuvo que haber usado la llave
adecuada. Consecuentemente, es muy probable que haya sido Roberto quien robó
los diamantes, ya que sólo él tenía acceso a las llaves.
En
lógica, se designa como inducción a un tipo de razonamiento que va de lo particular a lo general (concepción
clásica) o bien a un tipo de razonamiento en donde se obtienen conclusiones tan
sólo probables (concepción más moderna). La inducción matemática es un caso
especial donde se va de lo particular a lo general y, no obstante, se obtiene
una conclusión necesaria.
_ “Una
pluma y un elefante caen con igual aceleración en el vacío”, por lo que se
induce o se generaliza que “todas las masas caen con igual aceleración en el
vacío”.
Generalmente,
el razonamiento inductivo se contrapone al razonamiento
deductivo, que va de lo general a lo particular, y sus conclusiones son
necesarias (véase razonamiento inductivo).
La lógica
formal habla de dos tipos de argumentos: inductivos y deductivos.
Mientras que el pensamiento crítico es una aplicación informal de la lógica, el
pensador crítico debería al menos comprender las diferencias fundamentales entre
las dos formas. Si una cosa sigue necesariamente
a otra,
esto implica un argumento deductivo.
En otras
palabras, un argumento deductivo existe cuando “B” puede inferirse lógica y
necesariamente de “A”. Por ejemplo, si se hace la siguiente afirmación:
_ “Todos
los solteros no están casados.” (“A”) y “Pedro es soltero.” (“B”) Entonces uno
puede alcanzar, mediante deducción, la conclusión necesaria de que Pedro sin
duda no está casado.
Sin
embargo, la mayor parte de los argumentos que es posible encontrar en la vida
diaria son inductivos. Al contrario de los argumentos deductivos, los
argumentos inductivos no son “blanco o negro”, porque no confirman sus
conclusiones con un “necesariamente”. Por el contrario, se basan en fundamentos
razonables para su conclusión.
Un
pensador crítico debería entender que no importa qué tan fuerte sea la
evidencia que sostenga a un argumento inductivo, ya que nunca probará su
conclusión mediante un “necesariamente” ni tampoco con una absoluta certeza. Es
decir, el argumento inductivo solo demuestra sus afirmaciones con cierto grado
de probabilidad. Los argumentos presentados en la corte por los abogados son
buenos ejemplos de argumentos inductivos, donde un individuo debe ser
considerado culpable más allá de la duda razonable o equivalentemente mediante motivos razonables.
Siempre será posible encontrar posibles argumentos inductivos que tengan
razones lógicas y que al mismo tiempo lleven a conclusiones erróneas. Como dice
el dicho: “El camino hacia el infierno está empedrado de buenas intenciones.”.
Por ejemplo, incluso si un jurado encuentra a un individuo culpable más allá de
la duda
razonable,
siempre hay una posibilidad de que el individuo no haya cometido el crimen. El
pensador crítico debe evaluar o tasar la coherencia o fuerza convincente de los
argumentos inductivos en términos del grado de certidumbre y no en
función de absolutos como “verdad o mentira”, “bien o mal”, “blanco o negro”.
Esto se aplica también a cualquier decisión que se tome con un “sí o no”, con
un “ninguno” o con un “también”. Un razonamiento inductivo aplicado en los
juzgados es, por ejemplo: “En las pruebas forenses con ADN se muestra que Pedro
tocó la camisa de Pilar”, entonces es probable que Pedro fuera quien cometió el
crimen. Sin embargo, existe la duda razonable que puede ser explotada por el
defensor. Por ejemplo, es posible que las muestras estén contaminadas mediante
otra persona, que las muestras fueran de otro día o que simplemente Pedro sí se
encontrara con Pilar pero que no haya cometido el crimen.
La mayor
parte de los argumentos hacen referencia a datos para sostener sus
conclusiones. Pero un argumento es tan fuerte como lo son las fuentes o datos a
los que se refiere. Si los hechos que sostienen un argumento son erróneos,
entonces el argumento será también erróneo.
Un
pensador crítico deberá aproximarse lógicamente a la evaluación de validez de
los datos. Al margen de las propias y personales experiencias, los hechos
suelen recibirse a través de fuentes de información como los testimonios visuales
de otras personas o personas que dicen ser expertas.
Estas
fuentes suelen aparecer citadas en los medios o publicadas en libros.
En una
sociedad donde el entretenimiento y la diversión se han convertido en los fines
a largo plazo, suele ser muy difícil encontrar información sin sesgo u objetiva
respecto a un tema. Por ejemplo, los medios de masa han
encontrado una forma de expresión que se vende muy bien y es el ¿y si?, es
decir, se atreven a aventurar situaciones hipotéticas sin pruebas o sin ningún
tipo de dato no con la
intención
de mostrar los datos realmente probables, sino porque dicha situación sería de
gran interés emocional (respecto a sus necesidades humanas básicas) para el
público, bien por la conmoción posible, bien por la alevosía, el entusiasmo o
la gracia que provoca. Por ejemplo. ¿y si el presidente hizo algo horrible?, ¿y
si el secretario estaba realizando algún acto criminal? Es usual ver
periodistas de renombre como autores de especulaciones incendiarias
como si se trataran de importantes noticias o hechos o políticos que manipulan
y distorsionan la información en función de los intereses de su partido. ¿Cómo
evitar las especulaciones, distorsiones, comentarios desorientadores,
exageraciones en debates, discursos, televisión, radio, periódicos, revistas e
Internet y dilucidar cuál es realmente la correcta? Incluso algunas editoriales
de prestigio parecen estar más interesadas en
la venta
de libros o periódicos más que en confirmar la verdad que publican. ¿Cómo saber
de qué fuente de información fiarse? No solamente los medios de comunicación
distorsionan y manipulan. Los políticos también manipulan, distorsionan y
mienten, en muchos casos en connivencia con algunos medios de comunicación
(muchos de los cuales apoyan a un partido político determinado).
No hay
una respuesta simple, un pensador crítico debe buscar fuentes de información
que sean creíbles, precisas y sin sesgo. Esto dependerá de variables como
calidad o calificaciones de las fuentes, de su integridad y de su reputación
(véase también la lista de prejuicios cognitivos o Argumentum
ad verecundiam Ir al principio).
Para
evaluar o tasar estas condiciones, el pensador crítico debe buscar respuestas
en los siguientes tipos de pregunta:
1. ¿Tiene
la fuente de información la adecuada capacitación, aptitudes
o niveles de entendimiento sobre la materia como para afirmar una
conclusión?
2. ¿Tiene
la fuente de información reputación por exactitud y veracidad?
3. ¿Tiene
la fuente de información un motivo para ser inexacta o altamente
sesgada?
4.
¿Existe alguna razón para cuestionarse la honestidad o integridad de la fuente?
Si alguna
de las respuestas es no para alguna de las dos primeras preguntas y sí
para las dos últimas, el pensador crítico debería dudar aceptar los
argumentos de dichas fuentes para encontrar otra información. Esto puede
requerir investigación adicional para buscar fuentes de información confiables.
Las
fuentes de información normalmente también citan encuestas y estadísticas, que
son usadas como argumentos que soportan las conclusiones. Es realmente muy
fácil, extremadamente fácil, confundir a las personas con los números. Ya que
la correcta aplicación de la estadística y de los números para que sirvan a los
argumentos se escapa de la finalidad de este artículo, es importante
que el
pensador crítico se eduque en los principios fundamentales de probabilidad
y estadística. Uno no necesita ser un profesional en
matemáticas para entender esos principios. Algunos libros excelentes para el
hombre de la calle son How to lie with statistics por Darrell
Huff y Innumeracy:
Mathematical illiteracy and its consequences por John
Allen Paulos. Existen unas pocas formas de
realizar bien las muestras de población y muchas formas de realizar mal las
muestras de población, cálculos e informes, ya que muchas veces se ocultan
datos que especifican mucho la población. Véase también ilusión
de serie en el artículo lista de prejuicios cognitivos.
El último
paso para el razonamiento crítico, es la evaluación de los argumentos, este es
por sí mismo un proceso de tres pasos para determinar si:
1. Las
presunciones, conjeturas, supuestos o asunciones están garantizadas
2. El razonamiento
llevado a cabo es relevante y suficiente
3. Existe
información que ha sido omitida _ Asunciones:
Las
asunciones o suposiciones son esencialmente razones implícitas en un argumento que
son garantizadas como verdaderas. Usando el argumento anterior de ejemplo, “No
creas en Pedro porque él es un político”. La suposición implícita es que los
políticos no pueden ser creídos. El primer paso para evaluar los argumentos es
determinar si éstos son suposiciones o conjeturas y si dichas asunciones están
garantizadas o no. Una asunción garantizada o certificada es aquella que
cumple:
1. Es
conocida de ser verdadera
2. Es
razonable aceptarla sin requerir otro argumento que la soporte Una suposición o
asunción no está garantizada si falla en el cumplimiento de cualquiera de los
dos criterios anteriores.
Concerniente
al primer criterio, puede ser necesario para el pensador crítico realizar
investigación independiente para clarificar o verificar que es “conocida como
verdadera”. Si el pensador crítico, a pesar de dicha investigación, es incapaz
de realizar una decisión acerca de la verdad, él o ella no deberían
arbitrariamente asumir que la suposición está no garantizada véase argumentum
a silentio o Ad ignorantiam. Con respecto al segundo
criterio, un pensador crítico normalmente evalúa la sensatez, juicio o sentido
común de una suposición en función de tres factores:
_ El propio
conocimiento y experiencia del pensador crítico
_ La fuente
de información para la asunción
_ El tipo
de afirmación que se ha realizado
Si un
argumento tiene una asunción no garantizada, injustificada o sin base, y
si ésta asunción es necesaria para validar la conclusión del argumento, el
pensador crítico tiene un buen motivo para cuestionar la validez del argumento entero.
Muchos de los obstáculos para el entendimiento
que hay
en las tablas resumen (tablas 3 y 4) son la base para muchas suposiciones sin
base.
_ Razonamiento: El
segundo paso para evaluar los argumentos es evaluar o tasar la relevancia y
suficiencia de un razonamiento o evidencia para soportar la conclusión
de un argumento. Es útil pensar en la relevancia como una medida de calidad del
razonamiento y la suficiencia como una medida de la cantidad de razonamiento
llevada a cabo. Los buenos argumentos deberían tener ambas, calidad (ser
relevante) y cantidad (ser suficiente) Normalmente es más fácil (aunque no
siempre) extraer del razonamiento lo que es relevante que determinar si el razonamiento
es suficiente. Así pues, ¿cómo puede uno evaluar la suficiencia del
razonamiento de una evidencia que apoye una conclusión?. El término duda
razonable, es usado en los juicios y puede considerarse una buena línea
directiva. Pero de nuevo, ¿cómo puede uno determinar la duda razonable? Desafortunadamente,
no hay una respuesta sencilla, pero existen varios criterios.
1. Es
importante mantener una actitud de pensador crítico del paso 1 y estar
alerta de los obstáculos y trampas del pensamiento crítico del paso 2.
2.
Preguntarse asimismo el propósito o las consecuencias que podría tener un
argumento realizado. Esto normalmente determinará cuántas pruebas o evidencias serán
necesarias. Un móvil o un motivo puede ayudarnos a esclarecer por dónde se debe
buscar información nueva.
3. Estar
alerta de los estándares actuales de evidencia para un sujeto. Por ejemplo, no
puedes juzgar la suficiencia de una evidencia para una afirmación científica a
menos que tú conozcas los métodos y estándares para la verificación de
similares afirmaciones científicas.
4. La
suficiencia de una evidencia debería estar en proporción a la fuerza con la que
una conclusión ha sido afirmada. Esto es, evidencia que no es suficiente
para apoyar una conclusión fuerte (ejemplo conclusión fuerte: Pedro definitivamente
compró la pintura) puede ser suficiente para apoyar a una conclusión débil
(ejemplo: Pedro, pudo haber comprado la pintura). En estos
ejemplos, si las evidencias se limitan a una fotografía de Pedro en la tienda
el mismo día que la pintura fue comprada, esta evidencia no debería ser
suficiente para probar una conclusión fuerte, pero sí ser suficiente para
probar una conclusión débil.
Cuando se
evalúan múltiples pruebas, tanto los pro como los contra, ¿cómo puede uno
valorar el peso de la evidencia para determinar si un argumento es convincente?
Otra vez, no hay una respuesta rápida. Para ser equitativos, a más confiable es
la fuente del paso 4, mayor peso debería darse a la evidencia.
Adicionalmente para ser equitativos, a mayor peso que se haya dado a una
evidencia (que se contradice con otra), debería también proporcionarse o
requerirse mayor número de evidencias en términos de relevancia y suficiencia
para validar el argumento.
Muchas de
las trampas u obstáculos al entendimiento listadas en las tablas 3 y 4 o en lista
de prejuicios cognitivos dan ejemplos de razonamientos insuficientes o irrelevantes.
_ Omisión: Un
argumento convincente es aquel que está completo, es decir, en el que están presentes
4 REFERENCIAS Y BIBLIOGRAFÍA
todas las
evidencias o razonamientos relevantes y no solo las evidencias que apoyen el
argumento en una determinada dirección. Argumentos que omiten pruebas
relevantes pueden parecer más fuertes de lo que realmente son. Este es el paso
final para la evaluación de los argumentos, es tratar de determinar si
evidencias o pruebas importantes han sido omitidas o eliminadas. Algunas veces
esto pasa sin intención o descuido o ignorancia, pero con demasiada frecuencia
es un acto intencionado.
Como es
normalmente improductivo o sin sentido reunir a los argumentadores o
debatidores y preguntarles si han omitido datos, el mejor modus
operandi del pensador crítico es buscar argumentos que se opongan al tema
en cuestión, con lo cual dicha búsqueda revelará con suerte dichas omisiones.
Es muy raro ver a una persona que activamente busca puntos de vista opuestos y
los trata seriamente.
Es muy
raro porque precisamente es lo que un pensador crítico hace.
Una vez
entendidos los cinco pasos anteriores un pensador crítico podría usar
adicionalmente una lista rápida para evaluar argumentos importantes. Estas
preguntas deberían responderse usando la política de los cinco pasos.
1.
¿Existe alguna ambigüedad, punto oscuro o debilidad que bloquea mi
entendimiento o comprensión del argumento?
2. ¿Acaso
el argumento en cuestión abraza o cae en alguna de las falacias o trampas al
entendimiento de lista de prejuicios cognitivos o tablas del 1 al 4?
3. ¿Es el
lenguaje usado excesivamente emocional o manipulador (véase recurrir
a las emociones o tabla 2?
4. ¿He
separado el razonamiento (evidencias) y asunciones o hechos relevantes de las
informaciones irrelevantes, situaciones imaginarias presentadas o hipótesis, ejemplos
imaginarios, o información de fondo no contrastada?
5. ¿He
determinado cuáles asunciones están garantizadas y cuáles no?
6. ¿Puedo
listar las razones o evidencias para un argumento y alguno de sus
subargumentos?
7. ¿He
evaluado la verdad, relevancia, equidad, justicia, integridad, plenitud,
significancia y suficiencia de las pruebas que apoyan la conclusión?
8.
¿Necesito información adicional para realizar un juicio razonable sobre un
argumento porque pueden haber omisiones u otras razones?
_ Ejemplo
de mapa de argumentación sin indicadores
4 Referencias y bibliografía
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_ Greg R.
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9
5 Enlaces externos
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la razón es cortar la rama en la cual se está sentado.
_ Laura C.
Naranjo Muñoz, Pensamiento Crítico & Aprendizaje.
_ Enrique
Dussel, Cátedra de Pensamiento Crítico:
Sesión
1; Sesión 2; Sesión 3; Sesión 4; [http:// Sesión 5]; Sesión 6; Sesión
7; Sesión 8.
10 6
ORIGEN DEL TEXTO Y LAS IMÁGENES, COLABORADORES Y LICENCIAS
6 Origen del texto y las
imágenes, colaboradores y licencias
6.1 Texto
_ Pensamiento
crítico Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Pensamiento_cr%C3%ADtico?oldid=87159784
Colaboradores: Lourdes Cardenal,
Ecelan,
Lopezmts, Digigalos, Soulreaper, Taichi, Jordicollcosta, Magister Mathematicae,
RobotQuistnix, Yrbot, Augusto maguina,
Oscar .,
GermanX, JAGT, Yonderboy, Txo, Banfield, Camima, Cerato, BOTpolicia,
Qwertyytrewqqwerty, CEM-bot, Laura Fiorucci,
JMCC1,
-jem-, Ignacio Icke, Retama, Cristianrock2, Antur, Montgomery, Thijs!bot,
Sobreira, Hanjin, JAnDbot, Kved, Wybot, Raimundo
Pastor,
Xavigivax, CommonsDelinker, TXiKiBoT, ColdWind, Pabloallo, AnthonnyAG, Joniale,
Nioger, Idioma-bot, Pólux, Dhidalgo, Biasoli,
Technopat, Galandil, Matdrodes, Fernando Estel,
BlackBeast, Muro Bot, SieBot, PaintBot, Loveless, Guarniz, Mel 23, MacaBot,
Correogsk,
Fadesga,
Blaken, Tirithel, Jmmuguerza, Eduardosalg, Danidvt, Leonpolanco, Pan con queso,
Alejandrocaro35, Alecs.bot, BetoCG,
Alexbot,
Frei sein, Açipni-Lovrij, UA31, AVBOT, Diegusjaimes, DumZiBoT, CarsracBot,
Arjuno3, Saloca, Andreasmperu, Luckas-bot,
Amirobot,
Nallimbot, Ptbotgourou, DiegoFb, Draxtreme, Gohkal, Luis Felipe Schenone,
SuperBraulio13, M.heda, Jkbw, SassoBot, Esceptic0,
Marrakech, Jakeukalane, Halfdrag, AnselmiJuan, Antonio
Diaz UBU, Angelito7, Jorge c2010, Foundling, Miss Manzana, Savh,
Evasivo,
VAP+VYK, Olgaslucia, Grillitus, Emiduronte, Joe1710, Cindy Concha, Waka Waka,
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Gloriadguez14,
Mena vazquez, Samuel 1208, Cuitla14, Psiacopata, Pensamiento12, Jpfnts, JoseL
3006, Magalyra, Ainisbravo,
Miguel
Alejandro Barros García, Alangpnoguez, A. Susana Zardain, Sanloz91, Viemgom,
Camacho arellano, Lulaho, Carmor0293, Ecamacho9,
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Azamudiobaragano, Cacahuatebebe, Lomastico, Dianag109, Irodheg, Angel Ramirez
Calvillo, Jesus Narvaez
Galindo,
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Vicente bartsch, Sfr570, ZkereE, RicUri95, Krla luna, Alejachava, Edu0405,
Estephanyra2, LeoLopez961903, Rokolla5,
Casillasgabriela,
Erick Morales Lopez, Norma Lucila Ramírez López y Anónimos: 286
6.2 Imágenes
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6.3 Licencia del contenido
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