sábado, 28 de noviembre de 2015

Cognicion y afectividad

Cognición 


Acción y efecto de conocer 

El desarrollo cognitivo del hombre se manifiesta en el ejercicio de las representaciones de la naturaleza observada. Cuando estas observaciones son organizadas y conforman sistemas, dan lugar a su vez a la religión y después a la filosofía. Una observación más cercana del “sí mismo” da lugar al desarrollo de la psicología como disciplina "independiente". El proceso cognitivo ha estado presente en nosotros hace muchos milenios; nuestras observaciones han sido organizadas de diferentes maneras de acuerdo a las conformaciones sociales constituidas durante todo nuestro pasado.


Afectividad

 Necesidad que tenemos los seres humanos de establecer vínculos con otras personas. Un clima afectivo adecuado constituye un factor de protección ante posibles conductas de riesgo. Asimismo, una adecuada expresión de los afectos a lo largo del desarrollo evolutivo de los hijos, incide en otros factores de carácter individual, favorece el desarrollo saludable del autoconcepto, la autoestima, la aceptación personal, la seguridad en sí mismo.


 REFERENCIAS

Papalia, D. y otros (2001) Psicología General. Santiago de Chile, McGraw Hill.

Morris, Charles G, Maisto Abert A. Introducción a la Psicología .México, Pearson Educación.

García Gonzalez E.L. (1997) Psicología general. México. Editorial Publicaciones General

EL CONTROL AVERSIVO: Escape, Evitación y Castigo

analizaremos la influencia de aquellos estímulos cuya eliminación incrementa la tasa de respuestas. A estos estímulos los llamaremos estímulos aversivos. El procedimiento mediante el cual se mantiene una conducta retirando estímulos aversivos, recibe el nombre de reforzamiento negativo. Cuando la eliminación de un estímulo aversivo mantiene o incrementa una tasa de respuestas, el estímulo recibe el nombre de reforzador negativo

El escape y la evitación son los dos paradigmas en que los estímulos aversivos incrementan o mantienen la acción de responder. En el escape, la respuesta da término a un estímulo aversivo después de que se ha iniciado la presentación del estímulo; el organismo no puede evitar la presentación del estímulo aversivo. En el caso de la evitación, una respuesta evita o pospone el comienzo de un estímulo aversivo. En ocasiones el escape y la evitación ocurren en forma combinada. Por lo tanto, en las presentaciones del estímulo aversivo habrá respuestas que pospongan su presentación; una vez que el estímulo se ha presentado, habrá respuestas que terminen con él.

Existe un paradigma llamado castigo el cual frecuentemente se utiliza con el propósito de reducir la tasa de respuestas. En el castigo, las respuestas van seguidas de un estímulo aversivo.

El aparato experimental que se utiliza para estudiar los efectos producidos por los estímulos aversivos sobre la conducta operante, es fundamentalmente el mismo que describimos en el capítulo 2. Existe solo una modificación: además de proporcionar los reforzadores positivos, el aparato podrá también proporcionar estímulos aversivos (por lo general son choques eléctricos que se le dan al animal en las patas, a través de varillas metálicas que forman el piso de la cámara). No obstante, al utilizar este método, nos encontramos con el problema de que la cantidad de choque eléctrico que el animal recibe es variable, ya que durante la presentación del estímulo el animal salta y corre alrededor de la cámara en respuesta al choque eléctrico. Además, en virtud de que las respuestas de saltar y de correr son eficientes para reducir la intensidad de choque, esto podrá interferir con la respuesta que se va a medir en el experimento. Existe otro método más confiable para dar choques eléctricos, el cual consiste en implantar electrodos dentro del cuerpo del animal (por ejemplo, en las ratas, por debajo de la piel del dorso). Si los electrodos se colocan adecuadamente, los movimientos del animal no tendrán ninguna influencia sobre la intensidad o la duración del choque que está recibiendo.

Escape

 En la adquisición de la respuesta de escape, cuando por primera vez se le presenta al organismo un estímulo aversivo, éste le evocará algunas respondientes, tales como saltar o correr alrededor de la cámara. Estas respondientes, junto con la conducta operante natural aprendida por el organismo, llegan a producir la ejecución que se está estudiando, la cual es reforzada inmediatamente con la terminación del estímulo aversivo. Por ejemplo, podrá suceder que la rata brinque sobre la palanca al estar dando saltos alrededor de la cámara en respuesta al choque o bien podrá suceder que se aproxime a la palanca y la presione debido a su experiencia previa. Habrá muy poca diferencia si la respuesta reforzada inicialmente es de origen respondiente o de origen operante. Una vez que una respuesta es reforzada con la eliminación del choque eléctrico, esa respuesta tenderá a ocurrir cada vez con mayor anticipación en los siguientes ensayos en los que se presente el estímulo aversivo. Esta respuesta será reforzada como si fuera una operante, sin importar cual sea su origen.

Después de ocurridos los primeros reforzamientos habrá una alta probabilidad de que el organismo emita la respuesta aún cuando todavía no esté presente el estímulo aversivo. Este fenómeno ocurre debido a dos situaciones. Primera: la respuesta ha sido reforzada y por lo tanto existe una tendencia sustancial a que la respuesta se vuelva a repetir. Segunda: todos los estímulos discriminativos que estuvieron presentes en el momento del reforzamiento (excepto el estímulo aversivo, desde luego), también están presentes después de la terminación del estímulo aversivo, lo cual da como resultado la generalización de la respuesta a aquellas ocasiones en que no esté presente el estímulo aversivo. Sin embargo, durante las siguientes presentaciones del estímulo aversivo, se va perfeccionando la discriminación entre la presencia del estímulo aversivo y la ausencia de éste. La respuesta que termina con el estímulo aversivo, ocurre casi solamente en presencia de éste, debido a que solo bajo esas condiciones la respuesta es reforzada. En esta discriminación, como en casi todas las discriminaciones, existe un nivel residual de respuestas que se emiten cuando el estímulo no está presente, aunque casi siempre ese nivel es bajo. Por lo tanto, en el escape, el estímulo aversivo será un estímulo discriminativo en cuya presencia una respuesta será reforzada con la terminación de ese estímulo.


Evitaciòn

El procedimiento de evitación le permite al organismo posponer el estímulo aversivo o bien evitarlo completamente, al menos teóricamente. En ocasiones, la evitación se establece después de que el organismo ha adquirido la respuesta de escape, pero por lo general se lleva a cabo sin que el organismo haya tenido un entrenamiento previo. Durante la adquisición de la respuesta de evitación, se le presenta a un organismo un estímulo exteroceptivo, como por ejemplo una luz y posteriormente, transcurrido un periodo de tiempo (unos 30 segundos), se le presenta un estímulo aversivo. Ambos estímulos se sobreponen temporalmente y se terminan al mismo tiempo. Si el organismo emite la respuesta requerida durante el periodo de presentación de la luz y antes de que se presente el estímulo aversivo, éste último ya no se presenta; a continuación se apaga la luz, transcurre un tiempo específico y se vuelve a prender la luz. 

Por lo tanto, tenemos que la luz exteroceptiva se convierte en un EC el cual evoca las respondientes que previamente solo eran evocadas por el estímulo aversivo incondicionado. Al mismo tiempo que se lleva a cabo este condicionamiento respondiente, también se condiciona la respuesta operante, ya que sus ocurrencias son reforzadas tanto por la terminación del estímulo aversivo condicionado, como por la continua ausencia del estímulo aversivo incondicionado. Al mismo tiempo se forma una discriminación. Al principio podrá ocurrir un número considerable de respuestas entre las presentaciones sucesivas de la luz. No obstante, como en el caso del escape, gradualmente se va perfeccionando la discriminación entre el estímulo aversivo condicionado y los estímulos que están presentes entre ensayos sucesivos. El resultado que se observa es el establecimiento de la luz como estímulo discriminativo. 

El estímulo aversivo condicionado adquiere varias funciones: 

a) evoca las respondientes que previamente solo se producían en presencia del estímulo aversivo incondicionado

b) además de funcionar como EC, el estímulo aversivo condicionado tiene dos propiedades operantes: 
             1) es un reforzador condicionado negativo, cuya eliminación es reforzante para el organismo 

       2) es un estímulo discriminativo en cuya presencia la respuesta es reforzada tanto por su eliminación como con la continua ausencia del estímulo incondicionado. 

Por lo tanto, en la evitación, el estímulo aversivo condicionado (en este caso la luz) tiene las mismas funciones operantes que las poseídas por el estímulo incondicionado (el choque) en el caso del escape. Por esta razón, en la evitación el animal no solo evita el estímulo aversivo incondicionado, sino que también escapa del estímulo aversivo condicionado. Es posible hacer una demostración directa de cómo la eliminación de un estímulo aversivo condicionado es en efecto un evento reforzante. De hecho, esta es una de las demostraciones clásicas en el campo del control aversivo. Inicialmente, sin que exista una respuesta aprendida, se expone a un organismo ante la presencia de una luz y durante su exposición se presenta un choque eléctrico. 

Es decir, llevamos a cabo condicionamiento respondiente, en donde la luz se convierte en un EC. Después, solo se presenta el EC. La respuesta operante que se emita en presencia del estímulo aversivo condicionado producirá la eliminación de ese estímulo. La terminación del EC es suficiente para reforzar esa respuesta, con lo cual su tasa se incrementa. Por lo tanto, el EC respondiente también es un reforzador negativo condicionado, cuya eliminación refuerza la respuesta que lo elimina. 

Las respuestas emitidas durante la evitación se pueden explicar parcialmente diciendo que son respuestas de escape ante un estímulo aversivo condicionado; no obstante, si deseamos mantener esa respuesta en forma efectiva, tendrá que ir seguida de la ausencia del estímulo aversivo incondicionado. Aún cuando la respuesta del animal no elimine de inmediato al estímulo condicionado, el hecho de no presentarse el estímulo incondicionado es suficiente para mantener activa a la respuesta. La ausencia temporal de un estímulo aversivo podrá parecernos un tipo de reforzador muy extraño. 

Para evitar esta paradoja, algunos psicólogos prefieren hablar de la adquisición de “seguridad” para evitar tener que referirse al alivio que produce salir de una situación aversiva, como es el caso del reforzamiento dentro de las situaciones de escape y evitación. Sin embargo, de hecho es el medio el que presenta el estímulo aversivo y quien posteriormente lo retira y no hay duda de que el organismo, en efecto está respondiendo para retirar un estímulo. Si dentro de una serie de eventos (en este caso choques eléctricos), se omite la presentación de uno de ellos, la conducta del animal inmediatamente nos revela que la ausencia de ese estímulo tiene un efecto específico. Debido a estas consideraciones, el condicionamiento operante ha decidido referirse a la evitación conservando la terminología original y considerar la ausencia de un estímulo aversivo como un reforzador. 

El estímulo aversivo condicionado gradualmente perderá su efectividad como reforzador negativo si no va acompañado del estímulo aversivo aunque solo sea ocasionalmente. Por lo tanto, si el organismo responde continuamente a tiempo para evitar el choque, el estímulo aversivo condicionado se hará cada vez menos efectivo; llegará el momento en que su eliminación deje de reforzar las respuestas y la acción de responder comenzará a extinguirse. Aquí es donde entra en acción el factor de seguridad. Cada vez que el organismo deja de responder a tiempo, se presenta el choque y con ello se vuelve a reinstalar la efectividad del estímulo aversivo condicionado. Esta reducción gradual en la tendencia a evitar, seguida de la reinstalación de una respuesta de evitación apropiada producida por el choque, es una característica general de una gran cantidad de conductas de evitación. 


Castigo 

Además de controlar las consecuencias de una conducta con el objeto de aumentar la probabilidad de que ésta vuelva a ocurrir, es posible manipular las consecuencias para producir una disminución en la conducta. Una consecuencia que, inmediatamente después de una conducta, hace que disminuya la probabilidad de que la conducta se vuelva a repetir es un castigo. 

Existen dos tipos de castigo: el castigo positivo consiste en la aparición de un evento displacentero o doloroso, mientras que el castigo negativo consiste en la desaparición de un evento “bueno” o placentero. 

Resultado de imagen para castigoPor ejemplo, una profesora que hace que su curso copie una frase del pizarrón 30 veces está aplicando un castigo positivo, mientras que un profesor que deja a su curso sin recreo, está utilizando un castigo negativo. 

Para que un castigo o refuerzo sea efectivo, debe cumplir con ciertas condiciones. La primera, es la contingencia temporal, que significa que el castigo será más efectivo mientras menor sea el intervalo de tiempo que transcurra entre el comportamiento indeseado y el castigo. La segunda se refiere a la constancia; esto implica que el castigo será efectivo cuanto más constante sea; no basta con castigar una conducta a veces: debe castigarse cada vez que se presente para que efectivamente disminuya su aparición. Finalmente, la eficacia depende de la medida en que se refuercen conductas alternativas. No basta con señalarle a la persona qué conducta no debe emitir, sino que además hay que señalarle qué es lo que debe hacer en cambio (Papalia y Wendkos, 1987).





REFERENCIAS

Manual de Psicología Educacional / Violeta Arancibia C., Paulina Herrera P. y Katherine Strasser S. 

Wolfolk, anita (2010) Psicología educativa. 11a. edición. Editorial Pearson.

Papalia, Diane E. (1994). Psicología. Editorial McGraw-Hill.

Myers, David G. (2007). Psicología. Editorial Médica Panamericana.

El moldeamiento





El moldeamiento

El moldeamiento es una técnica que se utiliza para conseguir, gradualmente, una determinada conducta deseada. Es eficaz para conseguir respuestas que no existen en el repertorio del sujeto. El procedimiento consiste en aplicar el reforzamiento tras las respuestas que, aun no siendo las que se desean, se aproximan a ellas (procedimiento de las aproximaciones sucesivas) y, a la vez, en ir administrando el reforzador diferencialmente, cada vez con un mayor nivel de exigencia.


El Procedimiento de Moldeamiento.

 El reforzamiento y la extinción son las herramientas que se usan para crear o moldear conductas operantes nuevas, ya que esos procedimientos sirven para modificar la frecuencia y la topografía de las respuestas. Antes de principiar a moldear la conducta, debemos asegurarnos de que el reforzador que vamos usar es efectivo. Esto se puede determinar privando al organismo del reforzador durante algún tiempo antes de principiar el moldeamiento. Enseguida debemos analizar la conducta exacta que vamos a producir: ¿Cuál es la secuencia exacta de respuestas que se desea? Una vez que hayamos decidido cuál es la conducta terminal, entonces podemos reforzar las aproximaciones que se le acerquen cada vez más. 

El procedimiento general que se usa en el moldeamiento, comienza por elevar el nivel general de actividad del organismo privado. Esto se puede lograr reforzando cualquiera de sus respuestas; sin embargo, para poder acortar el procedimiento de moldeamiento, se elige para reforzamiento una respuesta un poco parecida a la respuesta deseada. Luego se suspende el reforzamiento, y como ya lo indicamos anteriormente, se incrementará la variabilidad y la fuerza de la respuesta. Antes de que se reduzca la frecuencia de la conducta, se elige y se refuerza una respuesta cercana a la conducta deseada, eligiéndola de entre las conductas enérgicas y variables que se produjeron inicialmente durante la extinción. Este reforzamiento selectivo incrementa la frecuencia de la variación en la conducta reforzada. Luego que se ha establecido firmemente la conducta, y que ésta ocurre en forma frecuente, nuevamente se suspende el reforzamiento, se incrementa brevemente la privación y se elige y se refuerza una respuesta aún más cercana a la deseada. 

Este procedimiento se denomina moldeamiento, ya que realmente se moldea una respuesta determinada de la conducta del organismo de una manera parecida al escultor que moldea una figura en el yeso en el que trabaja. Por lo tanto, podemos comenzar reforzando cualquier movimiento que hace el organismo. Más adelante se podrá reforzar la respuesta de caminar, luego solo reforzaremos la conducta de caminar en determinada dirección, etc. Al restringir continuamente nuestra definición de la respuesta que se desea reforzar, también en forma creciente definimos y moldeamos la conducta del organismo.

 La Práctica del Moldeamiento.

 Ya que hemos analizado los principios básicos y los procedimientos que se usan en el moldeamiento, vamos a usarlos para moldear la conducta del pichón para que éste presione un pedal, el cual sale de un costado de su caja aproximadamente una pulgada y está a una altura del piso de dos pulgadas. Esta respuesta raramente la haría el pichón en circunstancias ordinarias. 

Nuestro primer paso es procurar que el reforzamiento de las respuestas sea inmediato. El reforzamiento demorado no es tan efectivo como el reforzamiento inmediato, en parte debido a que esto permite que el organismo emita respuestas adicionales entre la ocurrencia que deseamos reforzar y la entrega real o física del reforzamiento. Por lo tanto, de ese modo también se reforzarían conductas mediadoras, dando como resultado que lo que reforzamos sería la respuesta seguida de otra conducta, en lugar de reforzar únicamente la respuesta. Por ejemplo, si deseamos reforzar la respuesta de levantar la mano de la mesa, será inadecuado entregar el reforzador cuando la mano ya se ha vuelto a colocar sobre la mesa. Necesitamos un reforzador que pueda ser entregado inmediatamente después de levantar la mano. De ese modo, solo reforzaremos la conducta de levantar la mano. 

La solución práctica que se da al problema de proporcionar el reforzamiento inmediato, consiste en emplear un estímulo discriminativo como reforzador condicionado. Los estímulos auditivos y visuales se pueden presentar inmediatamente después de cualquier respuesta elegida, mientras que la comida no puede ser entregada inmediatamente después de cualquier respuesta, ya que el organismo debe emitir respuestas adicionales para acercarse a la comida e ingerirla. Para que un estímulo discriminativo pueda ser establecido como reforzador condicionado, se debe reforzar una respuesta en presencia de un estímulo, usando alimento como reforzador. Para un pichón, el grano es un buen reforzador (siempre que estemos seguros de que el ave haya sido privada de grano); y el sonido que produce el mecanismo que entrega el grano junto con la reducción en la iluminación de la cámara del ave, han resultado ser estímulos discriminativos efectivos. 

A partir de esto, reforzamos la conducta del ave de caminar hasta donde está el grano y tomarlo solo en presencia de los siguientes estímulos: 

1) el sonido del mecanismo programador de la entrega de granos 
2) la iluminación reducida. 

Después de que el pichón ha comido un poco, se retira el comedero con granos y después se vuelve a presentar una vez más en presencia de los dos estímulos. Se necesitarán varias presentaciones de los estímulos y varios reforzamientos de la respuesta en presencia de ellos, antes de establecer el control de esos estímulos sobre las respuestas. Cuando el ave se aproxima inmediatamente y en forma confiable al grano cada vez que ocurre el sonido y la reducción en la iluminación y no se acerca en ausencia de ellos, los estímulos discriminativos estarán controlando la conducta y podrán ser usados como reforzadores condicionados para moldear otras conductas. 

Nótese que este procedimiento ha establecido una cadena de estímulos y respuestas como la señalada en el capítulo I. Una respuesta es emitida durante el moldeamiento ahora podrá ser reforzada con el reforzador condicionado del sonido del mecanismo de entrega del reforzador y con la reducción en la iluminación. Estos estímulos son a su vez estímulos discriminativos en cuya presencia la conducta de acercarse al grano y tomarlo será reforzada con la ingestión del grano. 

Los reforzadores primarios positivos como el grano, generalmente son efectivos solo si el organismo ha estado privado de ellos inmediatamente antes. En la práctica, el grano es un reforzador bastante efectivo para el pichón, cuando el ave se mantiene en un 80 porciento del peso que tendría si fuera alimentado sin restricción. El valor de 80 porciento no solo hace que el grano sea efectivo como reforzador, sino que también mantiene al ave alerta y activa. Una vez que estamos seguros de tener un reforzador efectivo para nuestro experimento de moldeamiento, debemos proceder a analizar la conducta específica que se va a moldear. En este caso, queremos que el pichón camine hasta el pedal, que ponga una pata sobre él y que lo presione. Ahora podemos comenzar a moldear la conducta del pichón reforzando por medio del reforzador condicionado la primera parte de la respuesta, la cual en este caso es caminar. O mejor aún, si el ave ya presenta la conducta de caminar con exceso desde el principio del experimento, reforzaremos la conducta específica de caminar hacia el pedal. El reforzador positivo, el cual es la comida que tiene obtiene el ave en presencia del reforzador condicionado, producirá un incremento en el nivel general de actividad del animal. Después de algunas presentaciones de la comida, el ave estará activa y no tendremos ninguna dificultad en seleccionar y reforzar cualquier actividad que la aproxime al pedal. Unos cuantos reforzadores que se den al caminar hacia el pedal, darán como resultado que el ave camine directamente hacia él después de que haya comido.

El siguiente paso será reforzar la respuesta de levantar la pata cuando el ave esté frente al pedal. Esto no es difícil, debido a que el ave ya camina hacia el pedal pero requiere una observación cuidadosa. Es necesario reforzar inmediatamente la respuesta de levantar la pata y no la respuesta de ponerla de nuevo en el piso. Cuando el ave esté frente al pedal, reforzaremos selectivamente los levantamientos de la pata que incluyan movimientos hacia el pedal y que tengan la suficiente altura como para poder ponerlo sobre él. Esto hará que finalmente la pata sea colocada sobre el pedal. Posteriormente solo reforzaremos los apretones del pedal y con ello habremos moldeado la respuesta deseada. 

La aplicación cuidadosa y sistemática del procedimiento de moldeamiento, aunado al uso de un reforzador efectivo, son suficientes para enseñarle a un organismo cualquier conducta operante para la cual esté físicamente capacitado. Por ejemplo, se ha enseñado a los pichones a jugar pingpong, a las ratas a que levanten pesos que superan a los de sus propios cuerpos a niños de dos o tres años a que escriban en máquina de una manera aceptable. Difícilmente han comenzado a ser explotadas las posibilidades del moldeamiento para usarse en las capacidades tanto de los animales como del hombre.

REFERENCIAS


Compendio de condicionamiento operante (a primer of operant conditioning),  G. S. Reynolds Universidad de California, San Diego, 1968

Manual de Psicología Educacional / Violeta Arancibia C., Paulina Herrera P. y Katherine Strasser S. 

Wolfolk, anita (2010) Psicología educativa. 11a. edición. Editorial Pearson.

Papalia, Diane E. (1994). Psicología. Editorial McGraw-Hill.

Myers, David G. (2007). Psicología. Editorial Médica Panamericana.

Reforzamiento.



Reforzamiento.

 Aunque por lo general el reforzamiento se interpreta como “recompensa”, este término tiene un significado particular en psicología. Un reforzador es cualquier consecuencia que fortalece la conducta que le sigue. Así, por definición, las conductas reforzadas incrementan su frecuencia o duración. Siempre que vea que una conducta persiste o se incrementa con el paso del tiempo, podría suponer que las consecuencias de tal conducta son reforzantes para ese individuo (Landrum y Kauffman, 2006).


Refuerzo

Un refuerzo se define como un evento que, presentado inmediatamente después de la ocurrencia de una conducta, aumenta la probabilidad de ocurrencia de dicha conducta. Existen distintos tipos de refuerzos. Aquellas consecuencias que al ser presentadas aumentan la probabilidad de que ocurra una respuesta son refuerzos positivos;  En cambio, aquellas consecuencias que al ser retiradas de la situación aumentan la probabilidad de que la respuesta vuelva a ocurrir son llamadas refuerzos negativos. Estos refuerzos funcionan como un alivio; Los refuerzos, además, pueden clasificarse en primarios y secundarios. Los refuerzos primarios son aquellos que se relacionan con la satisfacción de necesidades biológicas, tales como comida o bebida. En cambio los refuerzos secundarios son aprendidos por asociación con los primarios, e incluyen el dinero, las calificaciones escolares o el elogio, por ejemplo (Papalia y Wendkos, 1987).


                  












Referencias.

Manual de Psicología Educacional / Violeta Arancibia C., Paulina Herrera P. y Katherine Strasser S. 

Wolfolk, anita (2010) Psicología educativa. 11a. edición. Editorial Pearson.

Papalia, Diane E. (1994). Psicología. Editorial McGraw-Hill.

Myers, David G. (2007). Psicología. Editorial Médica Panamericana.

Condicionamiento operante



Condicionamiento operante


20skinner
B.F. Skinner
Es evidente que no todo el aprendizaje humano es involuntario y que no todas las conductas son automáticas. Las personas “operan” de forma activa en su entorno. Estos actos deliberados se denominan operantes. El proceso de aprendizaje implicado en la conducta operante se conoce como condicionamiento operante, porque aprendemos a comportarnos de ciertas formas conforme operamos sobre el ambiente. Por lo general, se considera que la persona responsable de desarrollar el concepto de condicionamiento es B. F. Skinner (1953). Skinner partió de la creencia de que los principios del condicionamiento clásico explican sólo una pequeña fracción del comportamiento aprendido. Muchas conductas humanas son operantes, no respondientes 





Terminología

Skinner presenta un análisis funcional del comportamiento, considerando a la conducta como una variable dependiente de sus consecuencias (refuerzo) –a diferencia del condicionamiento clásico en que la conducta depende de los estímulos que la anteceden. Presenta un modelo de contingencia de tres términos en que un estímulo discriminativo (influencia ambiental antecedente) permite la aparición de una respuesta que es seguida de un estímulo que refuerza (consecuencia), es decir, que aumenta la probabilidad de que la respuesta se produzca en el futuro (el castigo disminuye esa probabilidad) (Schunk, 1997).

Antecedentes ---> Comportamiento ---> Consecuencias 

El comportamiento puede ser modificado cambiando o controlando tanto los antecedentes como las consecuencias de la conducta, o bien ambos. Pese a esto, la teoría se ha centrado más en describir el efecto de las consecuencias de la conducta que en la modificación de ésta. Tanto el condicionamiento clásico como el operante utilizan los componentes básicos -estímulos y respuestas- para explicar el aprendizaje, pero difieren en su ordenamiento. Mientras en el condicionamiento clásico la atención se centra en el estímulo que causa la respuesta, en el condicionamiento operante, la atención está puesta en la consecuencia que sigue a una respuesta determinada y en el efecto que ésta tiene sobre la probabilidad de emisión de la respuesta en el futuro.

De esto surge lo que los conductistas llaman el análisis ABC, es un análisis de la conducta (B de Behavior) y su contexto, o más específicamente de sus antecedentes (A) y sus consecuencias (C). En el modelo conductual de Skinner este tipo de análisis pone su acento en las consecuencias (C), siendo tanto así que los antecedentes (A) que se consideran para el análisis, son aquellos que adquieren su influencia de las consecuencias de la conducta (Williams,1999). Si bien del análisis ABC podrían inferirse causas y efectos, de hecho lo que nos facilita no es eso, sino que sólo nos permite describir la secuencia de eventos. Pero por eso mismo nos puede permitir ver si existen o no cambios en la conducta si introducimos alteraciones ya sea en los antecedentes y/o en las consecuencias.






Referencias.

Manual de Psicología Educacional / Violeta Arancibia C., Paulina Herrera P. y Katherine Strasser S. 

Wolfolk, anita (2010) Psicología educativa. 11a. edición. Editorial Pearson.

Papalia, Diane E. (1994). Psicología. Editorial McGraw-Hill.

Myers, David G. (2007). Psicología. Editorial Médica Panamericana.



REVISTA DIGITAL CIENCIA Y DIDÁCTICA


 
Enlace: http://www.enfoqueseducativos.es/ciencia/ciencia_38.pdf

Condicionamiento clasico


Ivan pavlov

Condicionamiento clásico

El condicionamiento clásico se enfoca en el aprendizaje de respuestas emocionales o fisiológicas involuntarias, como el miedo, el incremento en la tensión muscular, la salivación o la sudoración. En ocasiones, a éstas se les denomina respondientes porque son respuestas automáticas ante ciertos estímulos. A través del proceso del condicionamiento clásico, los seres humanos y los animales podrían ser entrenados para reaccionar de manera involuntaria frente a estímulos que previamente no generaban ningún efecto, o que tenían un efecto muy distinto. El estímulo provoca o activa la respuesta de manera automática
El condicionamiento clásico fue descubierto en la década de 1920 por Iván Pavlov, un fisiólogo ruso que pretendía determinar el tiempo que tardaba un perro en secretar jugos digestivos después de ingerir alimento, pero los intervalos de tiempo cambiaban constantemente. Al principio, los perros salivaban de la forma esperada mientras se les alimentaba; luego, empezaban a salivar tan pronto como observaban la comida y, finalmente, salivaban en cuanto escuchaban al científico entrar a la habitación. Pavlov decidió realizar una variación en sus experimentos originales y examinar esas interferencias o “reflejos psíquicos” (como los llamó al principio) inesperados.


Procedimientos.

En uno de sus primeros experimentos, Pavlov activó un diapasón y registró la respuesta del perro. Como se esperaba, no hubo salivación. En ese momento, el sonido del diapasón era un estímulo neutro, ya que no provocaba la salivación. Después, Pavlov alimentó al perro y la respuesta fue la secreción de saliva. La comida era un estímulo incondicionado (EI), porque no era necesario ningún entrenamiento o “condicionamiento” previo para establecer la conexión natural entre el alimento y la salivación. La salivación era una respuesta incondicionada (RI), nuevamente, porque ocurría de forma automática, es decir, sin necesidad de un condicionamiento. Con estos tres elementos (la comida, la salivación y el diapasón), Pavlov demostró que un perro podría ser condicionado a salivar después de oír sólo el diapasón. Logró esto mediante el pareamiento contiguo del sonido con el alimento. Al inicio del experimento, sonaba el diapasón y luego alimentaba al perro de inmediato. Una vez que Pavlov repitió esto varias veces, el animal empezó a salivar después de escuchar el sonido, pero antes de recibir la comida. Ahora, el sonido se había convertido en un estímulo condicionado (EC) que podía causar la salivación por sí mismo. Entonces, la respuesta de salivar después del tono se convirtió en una respuesta condicionada (RC).


Terminología

Un estímulo incondicionado (EI) es cualquier estímulo que origina una respuesta no condicionada, esto es, no aprendida, de manera regular y medible, debida a una conexión nerviosa innata del organismo. Este tipo de estímulos provoca siempre una respuesta natural de tipo reflejo, sobre la que el individuo no tiene control, siempre es predecible. En el experimento de Pavlov es la comida. Una respuesta incondicionada (RI) es la respuesta que se produce de forma natural, esto es, no aprendida, ante un EI. En el experimento de Pavlov es la salivación. Un estímulo condicionado (EC) es el estímulo, originalmente neutro, que provoca una respuesta no asociada de forma natural con dicho estímulo y que antes del condicionamiento no produce esa respuesta. Solo mediante el emparejamiento entre el EI y el EC después de algunas presentaciones adquiere la capacidad de que se provoque la respuesta. En el experimento de Pavlov es el sonido. La respuesta condicionada (RC) es la respuesta que se asocia con un estímulo que, de no haberse producido el emparejamiento EI-EC, no tendría lugar. Es una respuesta aprendida. En el experimento de Pavlov es la salivación que se produce ante la presencia del sonido


Referencias.

Wolfolk, anita (2010) Psicología educativa. 11a. edición. Editorial Pearson.

Papalia, Diane E. (1994). Psicología. Editorial McGraw-Hill.

Myers, David G. (2007). Psicología. Editorial Médica Panamericana.